Una autoridad jerárquica toma las decisiones dentro de una misma organización. O sea, que dentro de la misma administración, existe un órgano superior que mantiene su competencia de dirección y control sin limitación sobre todos los órganos que integran la administración. Las órdenes y toma de decisiones de la administración pública centralizada descienden del órgano mayor al inferior de tal manera que todas las entidades administrativas guardan un orden y obedecen a los imperativos que emite la cúspide de la organización central.
En sentido estricto, la centralización sería aquella forma de organización pública en la que una sola administración, la del estado, asumiría la responsabilidad de satisfacer todas las necesidades de interés general, y atribuyéndose todas las potestades y funciones públicas necesarias para ello. En este sistema, las posibles divisiones del territorio que se pudieran efectuar, no supondrán la consiguiente existencia de otros entes públicos, sino que serían simples circunscripciones de una misma administración que situaría en ellos a sus agentes periféricos sujetos a la autoridad central por vínculos de jerarquía.
Descentralización:
Fuera de la organización administrativa se crea un nuevo órgano distinto, con autonomía y personalidad jurídica propia.
Desconcentración: Consiste en confiar la realización de algunas actividades administrativas a órganos inferiores. Dentro de la misma organización administrativa, el órgano superior delega al inferior ciertas competencia.
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